Una deshumidificación excesiva en un entorno centrado en el confort humano (el uso de unidades de deshumidificación de bajo punto de rocío) podría tener varios resultados:
Aire interior seco e incómodo: los dispositivos deshumidificadores con bajo punto de rocío están diseñados para eliminar una enorme cantidad de humedad del aire. Si los dispositivos se colocan demasiado bajo o se dejan andando constantemente, puede provocar que el aire interior se seque demasiado, lo que provoca incomodidad a los ocupantes. El aire seco puede provocar sequedad en la piel, ojos, garganta y fosas nasales enojados, e incluso problemas respiratorios en personas con afecciones preexistentes como asma.
Mayor incidencia de energía estática: la deshumidificación excesiva también puede aumentar la presencia de energía estática en el entorno. La energía estática puede provocar descargas eléctricas a las personas y dañar equipos digitales sensibles. Además, también puede atraer y retener residuos en el aire, incluido el polvo y los alérgenos, lo que dificulta mantener un ambiente interior sencillo y saludable.
Efectos adversos sobre los accesorios y sistemas de madera: unidades deshumidificadoras de bajo punto de rocío Puede provocar un secado excesivo de muebles de madera, suelos y otros sistemas de madera. La madera tiende a encogerse y agrietarse cuando se expone a condiciones muy secas durante períodos prolongados. Esto puede provocar grandes daños a las superficies de madera, comprometiendo su integridad estructural y estética.

Mayor consumo de energía: el uso continuo de dispositivos deshumidificadores o en configuraciones excesivamente bajas puede resultar en un mayor consumo de energía. Los procedimientos de deshumidificación suelen requerir el uso de refrigeración o desecantes, que consumen una gran cantidad de energía. Además, si los dispositivos deshumidificadores no reciben un buen mantenimiento, su rendimiento también puede disminuir con el paso de los años, requiriendo aún más energía para alcanzar los niveles de humedad deseados.
Posible crecimiento de moho en regiones ocultas: la deshumidificación excesiva puede crear un ambiente con niveles de humedad extremadamente bajos, lo que también puede provocar la transferencia de humedad desde otras áreas con mayor humedad. Esta migración de humedad puede provocar condensación en regiones ocultas como cavidades en las paredes, detrás de los muebles o en el interior del aislamiento. Cuando la humedad se acumula en estas áreas ocultas, se presenta un buen escenario para el aumento de moho, lo que puede tener efectos negativos en el aire interior en general y plantear riesgos para la salud de los ocupantes.
Impacto negativo en las estructuras HVAC: los sistemas HVAC (calefacción, ventilación y aire acondicionado) están diseñados para mantener una estabilidad de los niveles de temperatura y humedad. Una deshumidificación excesiva puede sobrecargar el sistema HVAC, ya que es posible que deba compensar el aire extremadamente seco haciendo funcionar el sistema de enfriamiento con más frecuencia. Esta carga de trabajo multiplicada puede ejercer una presión adicional sobre el sistema HVAC, lo que lleva a un menor rendimiento, un mayor consumo de electricidad y fallas en el funcionamiento del equipo.
Para mitigar los efectos potenciales de una deshumidificación excesiva, es importante mantener niveles de humedad equilibrados dentro del rango recomendado de 40% -60% de humedad relativa, que proporciona el mayor confort y minimiza los riesgos citados anteriormente. El monitoreo regular, el ajuste de la configuración de la unidad de deshumidificación y la renovación adecuada del dispositivo HVAC pueden ayudar a garantizar un ambiente interior saludable y cómodo.